Según datos del Ministerio de Fomento, el 58% del parque edificado en España es anterior a 1980. Esto significa que más de la mitad de los edificios españoles se construyeron sin ninguna normativa de eficiencia energética, se encuentran sin aislamiento térmico y con instalaciones obsoletas. Se calcula que hay unos 2.000.000 de viviendas en mal estado de conservación. En materia de eficiencia energética el déficit es muy importante: el 90% de los edificios son anteriores a la aplicación del Código Técnico de la Edificación.
Desde diferentes Administraciones y Organismos periódicamente van publicándose programas de ayudas y subvenciones para la realización de trabajos tendentes a favorecer el ahorro energético, la mejora de la eficiencia energética, el aprovechamiento de las energías renovables y la reducción de emisiones de dióxido de carbono, en los edificios existentes.
Las principales tipologías de este tipo de programas clasifican las actuaciones según sea la mejora acometida:
- Mejora de la eficiencia energética de la envolvente térmica.
- Mejora de la eficiencia energética de las instalaciones térmicas y de iluminación.
- Sustitución de energía convencional por biomasa en las instalaciones térmicas.
- Sustitución de energía convencional por energía geotérmica en las instalaciones térmicas.
Generalmente, las actuaciones previstas en la solicitud de la ayuda o subvención deberán mejorar la calificación energética total del edificio en, al menos, una letra con respecto a la calificación energética inicial del edificio.
No debemos pensar que la rehabilitación energética de las viviendas supone un mero gasto, sino que debe ser contemplada como una inversión en la que todos y cada uno de los agentes de la sociedad son beneficiados.
La economía del país también se ve favorablemente afectada ya que mejora la creación de empleo en un sector muy dañado por la crisis como es el de la construcción. La reducción de la dependencia energética española del exterior, la eliminación de la pobreza energética y la reducción del impacto medioambiental no hace más que promover el aumento de la producción y actividad económica del país, consolidando su crecimiento económico.